Los fondos europeos Next Generation están siendo una temática con mucho eco durante este cierre de año. Estos fondos destinados a la recuperación económica tras las consecuencias de la COVID-19 en los países miembros de la UE, tienen un tamaño de 750.000 millones de euros, de los cuales 75.340 millones de euros se destinan a España entre 2021 y 2026.
El gobierno español, al recibir estos fondos, los ha de hacer llegar a nuestra economía. La manera en que se distribuyen los fondos funciona por áreas y por proyectos, siendo las áreas de inversión más importantes las siguientes: Corredores europeos, Zonas de bajas emisiones en municipios, Red Nacional de Transporte (ferrocarril), Financiación Pymes y Autónomos, Programa Kit Digital… También se añaden los PERTE (Proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica) que son proyectos de carácter estratégico y con inversiones más específicas, estos componen desde ámbito aeroespacial, energías renovables, economía circular, hasta agroalimentario… llegando a haber 12 PERTEs diferentes.
En un informe presentado por el gobierno en octubre de 2023, “Los 100 mayores perceptores de fondos europeos Next Generation EU han recibido unos 5.100 millones de euros, en torno al 14% del total recibido por España | Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Gobierno de España. (planderecuperacion.gob.es)” desde su perspectiva, recalcan números notables. Más de 500.000 proyectos financiados con una inversión de 30.000 millones de euros, sobre los 37.000 millones de euros recibidos por el momento desde la Unión Europea con fecha a octubre de 2023, en el marco del Plan de Recuperación. Por el momento, el gobierno presume de los resultados que está consiguiendo en movilidad sostenible y la digitalización de las administraciones públicas, las cuales son áreas clave que tendrán un impacto significativo, reflejando un firme compromiso con la transición verde y la modernización del país. En el mismo informe se muestra el listado de los 100 mayores receptores de fondos y se resalta que la inclusión de 39 grandes empresas privadas subraya la diversidad empresarial beneficiada por estos fondos. Los ayuntamientos de Madrid, Zaragoza y Alicante lideran en la recepción de fondos para contribuir al objetivo de cohesión territorial.
¿Pero realmente se están gestionando tan bien los fondos Next Generation? Se han financiado 500.000 proyectos con una inversión por parte del gobierno asignada a empresas privadas y públicas de 30.000 millones de euros, aunque no se han ejecutado en un 82% de los 37.000 millones de euros concedidos por parte de la Unión Europea hasta octubre de 2023, denotándose lentitud en el proceso. A la economía real por lo tanto ha llegado tan solo un 18% del total de los 37.000 millones enviados por la UE, según el Comisario Europeo de Asuntos Económicos y Monetarios de la Comisión Europea, Paolo Gentiloni, “La Comisión avisa de que exigirá más datos de los fondos UE a la vista del 18% de ejecución en España (msn.com)” lo que ha provocado que, a partir de febrero de 2024, la Comisión Europea exigirá al gobierno datos más detallados en relación con la ejecución de los fondos recibidos. Cuando desde el gobierno hablan de inversiones y financiación, se están refiriendo a la asignación de capital, pero después, la realidad es que el dinero no se acaba ejecutando a las empresas y entidades.
¿Por qué no llega el capital a las entidades? Esto se debe principalmente a problemas por alta carga burocrática y documentación requerida, penalizando mayoritariamente a las pequeñas empresas. Después de que el gobierno asigne a las entidades que han solicitado dichos fondos, éstas deben presentar sus proyectos durante un periodo de convocatorias, cuyos plazos son limitados y poco realistas para la cantidad de información/documentación a presentar con proyectos de tal envergadura. Evidentemente, las empresas más afectadas son las PYMES porque no cuentan con los suficientes recursos humanos necesarios como para poder preparar un proyecto en tan poco tiempo, haciendo que las ayudas no lleguen a la mayoría del tejido empresarial español.
Podemos encontrar los síntomas de este ineficiente diseño en proyectos claves como la inversión en Red.es del programa KIT Digital, esencial para la conectividad digital y ciberseguridad, con una ejecución del 0%. La misma situación se repite con el Bono de conectividad para PYMES y vulnerables, y el PERTE de microelectrónica y semiconductores. Departamentos líderes en transformaciones estructurales, como el de transición energética, tan solo tiene un 4,69% de fondos ejecutados hasta octubre de 2023. Áreas como son rehabilitación energética de edificios, digitalización de redes e impulso del hidrógeno renovable, también evidencia la problemática con una ejecución de capital subóptima.
La actual situación no deja satisfecho a nadie, a pesar de las afirmaciones del gobierno de asignar grandes sumas de capital para inversiones que fomentarán el desarrollo sostenible y económico del país, hasta que realmente estos fondos no lleguen a la economía real, generando resultados positivos. Además, los retrasos en los pagos podrían tener consecuencias perjudiciales para la salud económica del país, debido a que el tejido empresarial español se encuentra debilitado después de los impactos de la pandemia y se enfrenta a una presión adicional debido a los altos tipos de interés, lo que encarece la devolución de la deuda, provocando tensiones significativas en la tesorería.
Asimismo, es relevante destacar que, entre los 100 mayores receptores de los fondos Next Generation, tan solo un 12% de los fondos distribuidos entre ellos, van destinados a 39 empresas del sector privado (a pesar de que este sector representa el 85% del PIB y el 84% del empleo total), mientras que el 88% de los fondos restantes van destinados a instituciones públicas. Resulta sorprendente asignar un porcentaje tan bajo al sector privado, en comparación con su contribución a la estructura económica del país. Además, dentro de este 12%, la mayoría de los fondos van dirigidos a grandes empresas, dejando al margen las PYMES, que representan el porcentaje más elevado del tejido empresarial español y que además son las empresas que más están sufriendo las consecuencias todavía del Covid.
En definitiva, toda esta situación debería de avivarse para que los fondos lleguen a la economía de manera definitiva y, además, realizar un cambio en las asignaciones, dándole muchos más fondos a las empresas del sector privado que contribuye en gran medida al PIB del país y, por lo tanto, al crecimiento económico del país, lo que acabaría repercutiendo positivamente en el bienestar de la población española. ¡Que no se desperdicie esta gran oportunidad!
Fausto Di Pasquale
Economista